27.6.04

 

Contra la utopía

Decía Ronald Reagan (si no fue él, ruego correción) que "un comunista es alguien que ha leído a Marx, un anticomnista es alguien que ha entendido a Marx". No le niego parte de razón, aunque lo cierto es que hay poca gente que haya leído a Marx, al menos todo Marx. Yo, desde luego, no estoy entre aquellos que se han tragado El Capital íntegro, antes preferíría leerme el Ulises de Joyce de una sentada. Pero sí que sé algo de el comunismo, y es que, sencillamente, no funciona. La experiencia (además de la paciencia) es la madre de la ciencia, de ahí que el socialismo científico no haya sido jamás tal, pues la experiencia enseña que en todos y cada uno de los lugares donde ha reinado el comunismo, el resultado ha sido exáctamente el contrario a lo que predicaban los comunistas. Donde prometían libertad, había totalitarismo, donde prometían emancipación obrera había esclavitud, donde prometían abolición de las clases había castas de privilegiados más propias de la edad media. Una visita al Archipiélago Gulag, donde murieron varios millones de personas debería zanjar para siempre cualquier discusión sobre la viabilidad del comunismo, no digamos ya de su bondad. Darse un garbeo por el Laogai (que significa algo parecido a "en ninguna parte") chino debería ser suficiente para abrirle los ojos a cualquiera. Un paseíto por las prisiones cubanas, las checas de Madrid, los campos de concentración norcoreanos, los centros de exterminio camboyanos, las famélicas ciudades etíopes, una simple constatación de el espanto intrínseco a todo régimen socialista debería ser suficiente para abrirle los ojos a cualquiera.

Y sin embargo, la mayoría de la población cree que el comunismo fue algo bueno. Sí, vale, hasta los más fanáticos de la hoz y el martillo, los que llevan la bandera soviética a las manifestaciones antiguerra, reconocen que las masacres estalinistas no estuvieron bien (aunque no falta quien dice que el asesinato de 100.000 kulaks se lo tenían merecido por explotadores capitalistas), pero en general, consideran el comunismo como un ideal bueno. Y es que esa es la ventaja del comunismo sobre el liberalismo. Que es un ideal, y sólo eso. No ha existido jamás sobre la Tierra un régimen comunista que proporcionara a sus habitantes más felicidad, mejor trato y mejores condiciones de vida que las que proporcionaba la democracia liberal. No ha existido ni un sólo régimen que se autodenominara socialista o popular que no fuera una tiranía espantosa. Sin embargo el comunismo goza de buena prensa por su condición de ideal. "Sí, vale -dicen los izquierdistas, hasta los menos radicales-, el comunismo fracasó, pero era un ideal maravilloso, de igualdad, de fraternidad, de paz". Era un ideal, y precisamente fracasó por eso, porque no hay nada más estúpido que la utopía.

No sé si es de Tagore o del Che Guevara, pero hay un tópico que expresa mejor que ningún otro la supuesta función de la utopía. Dice algo así como "¿para que sirve una utopía, si es inalcanzable? Pues para seguir caminando hacia ella". Es una frase realmente conseguida, y capaz de convencer a mucha gente de bien, pero es una mentira flagrante. Porque la utopía, me temo, no sirve para nada. No sirve como acicate para resolver los problemas, sino precisamente para crearlos. La utopía es una venda sobre los ojos que impide ver la realidad, porque lo único que se ve es ese mundo perfecto donde todo es como debe ser... según el utópico de turno y todo aquello que no encaje con la utopía sencillamente sobra. Es lo que dice Jean François Revel sobre las ideologías, que son un sistema de pensamiento destinado a ocultar a la propia conciencia todo aquello que no encaje con las ideas preconcebidas. Cambiemos "ideología" por "utopía" y el significado será el mismo.

Ya se ha dicho mil veces (por activa y por pasiva, diría un cursi) que una economía planificada está destinada al fracaso por la sencilla razón de que no puede tener en cuenta las necesidades y apetencias cambiantes, únicas y absolutamente personales de todos y cada uno de los hombres, por lo que, no sólo no puede satisfacer los deseos de la mayoría, sino que sólo satisface los deseos de las élites que la dirigen. Sin embargo pocas veces se dice que la utopía, cualquier utopía, está destinada al fracaso porque contiene en si misma el gen de su autodestrucción. La utopía no sirve para caminar hacia ningún sitio. La utopía engaña a las personas de bien y las convierte en auténticos fanáticos. ¿Y por qué? Pues por la sencilla razón de que caminar hacia lo imposible es exáctamente lo mismo que no caminar, y porque el hecho de creer que uno puede convencer a los demás de lo que está bien y lo que está mal le convierte a uno en un fanático. Y un fanático no convence, sino que impone. Y alguien que impone a los demás su forma de ver las cosas, por muy loables que en principio parezcan, carece de idealismo alguno. En el nombre de la utopía socialista se han sacrificado millones de seres humanos. Aquellos que, precisamente, no creían en esa utopía. En el nombre de la utopía pacifista se renunció a combatir a Hitler, y ya sabemos lo que pasó después. En el nombre de la utopía sesentayochista se celebró la retirada americana de Vietnam, y por aquella gracieta "antiimperialista" murieron cinco millones de vietnamitas. Muchos más que en la guerra, y en mucho menos tiempo. Pero no había fotógrafos para inmmortalizar la masacre.

El liberalismo mata la utopía, me han dicho en alguna ocasión. Y yo siempre he respondido que eso es, precisamente, lo que más me gusta del liberalismo. Que acaba para siempre con las utopías. Acaba con la idea de que, consiguiendo que los demás piensen como nosotros, conseguiremos un mundo perfecto, o al menos mejor. Los liberales sabemos que no existe sistema perfecto, y que no hay sociedad perfecta a la que aspirar, y que cualquier sistema que se aplique a una sociedad concreta, empezando por el liberal, puede y debe adaptarse a esa sociedad, y no al revés. No podemos imponerle a nadie lo que debe hacer o pensar, no podemos coartar la libertad de nadie a la hora de decidir lo que creen mejor para sí mismos. Por eso fracasa el comunismo. Porque, en nombre de un imposible, obliga a todos a entregar su libertad a cambio de un ideal nacido en la mente de un hombre. Los utópicos creen siempre, no sólo que sus ideas son las correctas, sino que las de los demás están equivocadas y que, en última instancia, si los demás no quieren aceptar los ideales utópicos, es porque están en contra de la utopía, sea cual sea ésta. La paz, la fraternidad, la igualdad, lo que sea. A veces tienen razón, a mi eso de la igualdad me parece una basura, pero otro día me extenderé más por ahí. En otros casos simplemente recurren a descalificarle a uno como "belicista" o como "fascista", "clasista", o lo que sea. Y en realidad, uno ama la paz como el que más, uno desearía que nadie pasara hambre y uno quisiera que nadie apiolara a la parienta porque le sale de los cojones, pero cree que no es posible obligar a nadie a que piense como uno.

Dicen los acríticos, o los poco críticos con el comunismo (aquellos que ven la paja en el ojo liberal e ignoran repetidamente la viga y la hormigonera de doce ejes en el ojo socialista) que el sueño americano no es tal, que la democracia liberal, tal y como es hoy en día, oculta bajo su superficie de ciudadanos bien alimentados y consumistas un submundo de desesperados que escritores y ensayistas se han encargado de describir. Muchas veces tienen razón en sus críticas. La democracia no es un sistema perfecto, y el capitalismo tiene sus puntos negros. Pero los puntos negros del comunismo no son tales. Son la regla, no la excepción. Por cada pobre en sociedades capitalistas había mil muertos de hambre en las comunistas. Y digo pobre en el sentido más literal del término (pobre de solemnidad, sin techo, vagabundo) y muerto de hambre en el sentido, también, más literal de la expresión. Alguien que se muere de inanición. ¿Que en EE.UU no atan los perros con longaniza? Claro que no. Pero, ¿hay algún sitio donde lo hagan? ¿Se vive mejor en Cuba que en EE.UU? ¿Es menos imperfecta la sociedad nigeriana que la americana? ¿Ha habido algún lugar donde se haya aplicado alguna receta que buscara la utopía en donde ello elevara el nivel de vida de sus ciudadanos de la manera en que lo ha hecho la economía libre y la democracia formal, la que Lenin despreciaba como democracia burguesa?

Estoy, y estaré siempre, en contra de las utopías. No me fío de ellas. Porque sólo han traído horror.

24.6.04

 

Chamberlain revisited



(Plagiado de LGF)


22.6.04

 

Historias de la Historia (II)

Narraba en mi último despropósito bitacorero las industrias y andanzas de las izquierdas universitarias en los primeros años que pasé en la Universidad Complutense. En otra entrada contaré como viví las masivas manifestaciones contra la LOU y la Guerra de Irak y la opinión que me merecieron, pero hoy voy a comentar ciertos datos que me parecen muy curiosos sobre la enseñanza de la Historia en mi universidad.

En general la enseñanza de la Historia tiene algunas lagunas importantes, y es evidente que siempre las tendrá, porque no hay sistema perfecto. Pero hay un tema en el que la laguna se convierte en el Mar Caspio, y es, como no podía ser de otra manera, la Guerra Civil Española de 1936-39. Llevo cinco años de carrera y he tratado este apasionante tema en más de una asignatura. La bibliografía es abundante siempre, pero es sectaria como ella sola. En toda la carrera jamás nos han citado un libro de Ricardo de la Cierva, sólo uno de Ramón Salas Larrazábal (el mejor y más importante especialista en demografía de la Guerra Civil) y, por supuesto, Pío Moa no existe. Es más, en el catálogo de la Universidad Complutense no aparece ni una sola entrada de la trilogía (I, II y III) que Moa ha dedicado a la Guerra Civil, y sólo aparecen Los Mitos de la Guerra Civil, que, por más que Tusellone, Santos Juliá, Gibson y otros popes de la historiografía progre intenten silenciar y descalificar, mantiene su ritmo imparable de ventas.

Y es que, como ha confesado Javier Tusell, la historiografía ha legado a un "consenso" sobre lo que pasó en aquellos cruciales años, y ese consenso dice que los "malos" fueron los nacionales y los "buenos" los rojos (o republicanos, a pesar de que la legalidad republicana se la saltaron primero los que luego dijeron defenderla). Que la II República llegó de forma legítima al ganar unas elecciones los republicanos (las perdieron, por si alguien no lo sabe). Que unos se levantaron contra un régimen legítimo y los otros defendieron la democracia. Con la ayuda, eso sí, de un demócrata intachable como Stalin. Que los unos eran unos asesinos y que los otros, que mataron tanto o más, tenían derecho a asesinar inocentes por su "justa indignación". Que todos los intelectuales estuvieron del lado de la República (algo que dice muy poco en favor del bando rojo, en realidad). Y que lo del 34 en Asturias es una minucia sin importancia, y además, perfectamente justificable. Eso es lo que nos enseñan en la facultad la mayoría de nuestros profesores. Hay excepciones, pero así está el patio. Y los alumnos, acostumbrados a escuchar la canción triste de la niña bonita asaltada por los generalotes fascistas, la excepción les parece insoportable. "El facha", llaman al único profesor que ha sido capaz de enseñar que en Historia rara vez hay buenos y malos, y que, desde luego, el sectarismo no es bueno para el estudio y la enseñanza de la Historia. Pero estamos como con Franco, caballeros. Buenos y malos, sólo que al revés.

Y si esto es así en Madrid... ¿cómo será la cosa en Cataluña, donde en el bachillerato enseñan "Història dels Països Catalans", esa mentira histórica? ¿O en el País Vasco, donde en selectividad pueden preguntarle a uno por "Los ríos de Euskal Herría"?

18.6.04

 

Historias de la (facultad de) Historia (I)

El autor de esta bitácora, al que, como es sabido, le encanta hablar de si mismo en tercera persona (si bien aún no utiliza el nos mayestático, como Abraham Olano, pero todo se andará), se encuentra aún en sus dorados años universitarios. Para ser concretos, estudia Historia en la Universidad Complutense de Madrid.

A la facultad de Historia de la UCM se la conoce en ambientes liberales (joder, si que queda mal esa expresión) como "el soviet de Historia", para diferenciarla del "Soviet Supremo", que es la facultad de Ciencias Políticas. ¿Por qué tan curiosa denominación? Dense un paseo y lo comprenderán. Nadie que no haya vivido en la universidad episodios como la guerra de Irak o las manifestaciones contra la LOU puede imaginar como es posible que la URSS perviva en occidente. Pero lo hace. De hecho, de no ser porque los cartelotes que permanentemente empapelan la facultad están escritos en alfabeto latino y no en el cirílico, mi facultad (perdón, la facultad del autor de esta bitácora) podría parecer el mismísimo Moscú en el segundo plan quinquenal.

De la única cosa que me arrepiento (a la mierda la tercera persona) en esta vida , además de aquella noche con una bailarina llamada Karol Pussy en Las Vegas, es de no haber coleccionado durante estos años los panfletos, carteles, octavillas, trípticos, manifiestos, dibujos, viñetas, soflamas y demás con los que las izquierdas universitarias han convertido las paredes en farallones de papel, cola, celofán y grapas, estratificadas en capas ideogeológicas según el argumento de moda de cada momento.

Recuerdo con cierto cariño no exento de nostalgia la primera "movilización" que presencié en la facultad. Fue en primero de carrera; el Ministerio de Sanidad, tras inspeccionar la cafetería y encontrar dos nidos de ratas en la cocina, ordenó el inmediato cierre del local y su reforma. La decana cumplió la orden y en noviembre nos quedamos sin cafetería. A cambio, habilitaron un aula como improvisado bar y un par de barras distribuídas por la facultad. Pero a la, por entonces, recién formada Asamblea de Maleantes, perdón, de Estudiantes, no le pareció nada, pero que nada bien el asunto. Y convocaron no una, sino dos huelgas para protestar. ¿Protestaban porque hubiera nidos de ratas en la facultad? No, protestaban, agárrense los machos, porque "nos quitan espacios para el encuentro y no nos dan opciones alternativas". Shit yourself, little parrot, que diría un fromlostiano. No encontraron la manera de encajar la palabra "diálogo" en la protesta, de ser así, les habrían contratado para el Fórrum.

Después vinieron las manifestaciones contra el informe Bricall. Fueron un éxito. A la primera, convocada cuando aún no se había publicado el informe, asistieron cosa de ciento treinta personas. Así a ojo, porque como corrían delante de la policía era difícl contarlos. Ya que habían montado un pollo conrta algo que no habían leído, lógicamente convocaron otra huelga con manifestación incluída cuando fue publicado y pudieron leerlo. Un nuevo éxito (no recuerdo la cifra exacta pero rondó las doscientas personas) que acabó con el saqueo de El Corte Inglés de Sol (su versión: se metieron ahí para huir del acoso policial) y unos cuantos puntos de sutura en los cráneos asamblearios. Antes, habían interrumpido alguna clase para anunciar con un megáfono (en un aula dé ocho metros por doce, ejem) la convocatoria de huelga, y se habían dedicado a gritarles "esquiroles" (¿?) a los que asistían a clase. Un ejemplo de progresismo y tolerancia. Habría más. Pero ya lo contaré otro día, que ahora debería irme a la biblioteca a estudiar un rato...

 

Cox and Forkum



"De modo que todo lo que tenemos que hacer es firmar un contrato de colaboración, organizar una rueda de prensa y dejar un montón de testigos..."

Sutil, muy sutil ;P

 

El informe y el uniforme

Me voy a hacer eco de lo que comenta Franco Alemán en Barcepundit, en parte porque me parece interesantísimo ( y no es nada nuevo mi interés por su bitácora) y en parte para responder a mi estimadísimo Ernesto de la Serna, que, en su comentario a mi última regurgitación hablaba del informe de la comisión independiente sobre el 11-S, que, teóricamente, desmontaba uno de los argumentos por los que se invadió Irak y se derrocó a Sadam Hussein. Esa es la versión unánime y uniforme de toda la prensa española, sin excepción alguna (salvo Libertad Digital, claro)

Dice Franco Alemán (que ya avisó un día antes) que la prensa ha asesinado la verdad sobre este informe, y comentan sus lectores habituales que las tertulias, corrilos y demás están que se salen con este tema, poniendo a parir algo que desconocen basándose en un informe que no han leído.

Y es que el informe (en PDF y en inglés), que además no está completo aún, no dice en ningún momento algo así como "El régimen de Sadam y Al-Qaeda no guardan relación ninguna", o "Bush miente como una perra en celo cuando dice que Sadam y Al-Qaeda tenían relaciones", sino que dice que no se han encontrado pruebas de la relación de ambos en los atentados del 11 de septiembre de 2001, que es de lo que se trataba la investigación. Pero sólo en relación con esos atentados. Y, como recuerda Franco Alemán, "absence of evidence is not evidence of absence", en Román paladino y en traducción directa "la ausencia de pruebas no es la prueba de la ausencia", y mejor traducido, por el propio Franco Alemán, no se debe confundir "la ausencia de pruebas fehacientes con la prueba fehaciente de la ausencia".

Eso, dejando aparte el hecho de que Bush nunca ha dicho (y si lo ha dicho, porfa, que me demuestren lo contrario) que Sadam colaboró en el 11-S, sino que se refería a una colaboración de otro tipo entre Ben Laden y Sadam, algo de lo que la comisión del 11-S no se ha ocupado. Nada contradice, pues, lo que Aznar, Bush y Blair dijeron sobre la colaboración entre Al-Qaeda y Sadam. Y Pepiño Blanco se ha lucido una vez más...

Una última apostilla... me gustaría ver aquí, en esta España nuestra tan democrática, nada que ver con la falsa democracia fascistoide gringa de mierda, una web como la de la comisión del 11-S referida a la comisión de los atentados del 11 de marzo. ¿La habrá? ¿La hay? Si alguien la encuentra, o sabe de su posibe y futura existencia, que avise.

Para dejar algo para luego, en otra entrada hablaré de las armas de destrucción masiva, los inspectores de la ONU, y demás. Pero sigo sin entender como es posible, si Sadam tenía armas de destrucción masiva en el 91, y desde entonces no había pruebas de que hubiera destruído nada (salvo la vida unos cuantos kurdos), incluídos los cuatro años que los inspectores no pisaron el país, que en 2003 no las tuviera.

17.6.04

 

La Verdad

Además de un periódico de Murcia, La Verdad es un bien intangible, un punto a favor de cualquier argumento y un algo deseable en las relaciones humanas. Pero La Verdad, y no sólo en política, suele ser algo bastante escurridizo y oculto tras varias capas de propaganda y mentira. La verdad no es lo que yo digo, o lo que usted, amado lector, fagocita en las columnas de El País junto a sus Chocokrispis. La verdad se oculta, se esconde, se escapa entre nuestros dedos como la arena playera o como mi sueldo el día 17 de cada mes. Aunque pueda parecerlo, la verdad no la pagamos con los impuestos de todos, y no está en el Fòrum.

Y sin embargo, hay algunos que necesitan conocer La Verdad en un tiempo récord. Exáctamente en 60 horas. Concretamente la necesitan para antes de votar, después ya no sirve, ya no vale para nada, ya no interesa, ya se puede revolcar por el lodo y tirar al cubo de la basura. Es un periódico viejo, un trapo inservible, una amante olvidada, una rosa marchita que se puede perder en el remolino del inodoro. Porque para muchos, la verdad no es un fin, ni siquiera un medio. La verdad es lo que ellos quieren oir, y nada más.

Me extraña que, tres meses y pico después del 11-M, no continúen las manifestaciones espontáneas a diario para saber la verdad. Porque lo cierto es que cuanto más sabemos, menos sabemos y, peor aún, más asustados estamos. Sabemos que hubo policías que informaron directamente al PSOE antes que al gobierno de Aznar, sabemos que alguien nombró la palabra Titadine y que aquello provocó la mitad de lo que vino después, sabemos que la mayoría de los detenidos y los terroristas que se suicidaron en Leganés eran delincuentes de poca monta, maleantes, raterillos de tres al cuarto, chorizos sin importancia, y que muchos eran confidentes de la policía. Sabemos que hay una cantidad de puntos negros sin resolver ciertamente alarmante. Ni siquiera sabemos si no fue ETA. Y han pasado más de tres meses. Y nadie se manifiesta, "espontáneamente" o no, para pedir La Verdad. Quizá lo único que realmente sepamos con seguridad es que no hubo terroristas suicidas

Me reafirmo en mi idea de que a algunos, la verdad les importa un carajo.

16.6.04

 

Recomendaciones

Si hay algo que me gusta de la comunidad bitacorera liberal es que todo el mundo escribe mejor que yo, y no creo estar perdiendo el tiempo cuando me paso dos horas leyendo bitácoras. Recomiendo encarecidamente la lectura de este artículo (o de este otro) de La Prensa Amarilla. Recomiendo, asimismo, este otro artículo de Los Diarios de las Estrellas. Por si alguno no los había leído.

 

Agachando la cerviz ante el nacionalismo

No fueron pocos los medios que se hicieron eco de la presentación en la Biblioteca Nacional del libro "Bokabulario para hablar con nazionalistas baskos", de Pedro Fernández. Al PNV, como es lógico, no le sentó nada bien el acto, pues ayudó un poquito más a desenmascarar la esencia delictiva del nacionalismo vasco.

El libro, tratado, como diría un cursi, en clave de humor, contiene perlas realmente clamorosas, como las de aquel miserable llamado Carlos Caballero, que escribió, al poco del asesinato de Miguel Ángel Blanco, aquello de las ratas españolas que invadieron Ermua en el medievo. En el mismo enlace que he puesto más arriba sobre el libro se glosan unas cuantas de las definiciones que aparecen en el.

Como decía antes, al PNV le sentó poco menos que como un tiro la presentación del libro, como le sienta mal cualquier cosa que no sea lamerle el trasero al nacionalismo obligatorio. Y es que, nos guste o no, la sociedad vasca, y el resto de la española en menor medida, es una sociedad completamente enferma. Del síndrome de Estocolmo o de miseria moral, eso lo dejo para los psiquiatras, pero enferma. Sólo así se pueden explicar episodios como el de los globos de Basta Ya, en el que los miembros de Basta Ya a asistentes una manifestación contra ETA convocada por el gobierno vasco fueron agredidos, insultados y vejados por llevar unos globos, cuando la manifestación debía ser silenciosa y, por supuesto, sin esos alardes de odio que se reservan únicamente para protestar contra el gobierno español. Y es que, en el País Vasco, se considera mucho más deshonroso ser víctima que verdugo, ser miembro del Foro de Ermua que de Herri Batasuna. Desde el "algo habrá hecho" de los ochenta hasta hoy, algo se ha evolucionado, pero poco, muy poco.

Pero no sólo en el País Vasco sufren de esa afección que provoca el desprecio hacia las víctimas y la simpatía con los verdugos. En toda España sucede. Recordemos el vergonzoso episodio de la Universidad catalana en la que amenazaron a Fernando Savater, o aquella ocasión en la que la UB no dio permiso a Goztone Mora para dar una conferencia porque no garantizaba "un espíritu de tolerancia y diálogo", tócate los cojones, Manuel. Pero no sólo en el País Vasco y Cataluña suceden cosas como esta, sino que en Madrid también. Baste recordar como la Academia de Cine acusó de "censores" a las más de mil víctimas del terrorismo que se manifestaron ante el Palacio de Congresos para protestar contra el pelota vasco, y como muchos de los actores se colocaron una pegatinita en la solapa que decía "No a ETA, no a la censura", equiparando de esta manera, una vez más, a víctimas y verdugos, como cuando Arzallus decía que el PNV estaba, como Cristo, crucuficado entre dos ladrones, ETA y el PP. Un año antes, nadie en la Academia de Cine, esa secta soviética, se puso pegatinas que dijeran, al menos, "No a la guerra, no a Sadam", no, ahí sólo había un enemigo. Pero un año después, había que matizar. No al terrorismo, pero, también, no a sus víctimas.

15.6.04

 

La deudavisión de todos

Con asombro leo las declaraciones de Carmen Caffarel, la directora de TVE, que dice que los condicionemientos por el poder político (vulgo manipulación) en los medios públicos, si bien no son deseables, "están legitimados por las urnas". O sea que la vergonzosa entrevista de Baltasar Magro a Mayor Oreja está "legitimada por las urnas". Ya lo advertíamos. Estos van a acabar haciendo bueno a Urdaci. Y llevan dos meses. Cielos, cuando lleven dos años.

También dice la Caffarel que "Ideas como independencia, calidad, pluralidad, rentabilidad social, profesionalidad, radiotelevisión de todos, están en el centro de la reflexión de este comité", así como "la búsqueda de formulas de financiación, de la autosuficiencia, desde el punto de vista económico". Lo de la autosuficiencia sonaría bien, de no ser porque TVE acumula un billón de pesetas de deuda y ya no hay quien se lo crea, y todo lo demás, en fin, mientras el consejo de administración esté formado por miembros designados a dedo, ya sabemos lo que quiere decir la independencia.

Las únicas ideas que jamás han valorado ningún poder político son las de, primero, alejar a TVE del gobierno de turno (sea el que sea), y segunda, la de su privatización. Un engendro cuya deuda nos costaría saldar a cada español algo así como 130 euros y que, desde su misma creación, ha servido fundamentalmente para apoyar al gobierno, una televisión que practica la competencia desleal con las demás al recibir doble financiación (algo que jamás se han planteado variar nuestras autoridades), un bicho donde se han dado corruptelas y clientelismos de todo tipo, sinceramente, sólo debe tener un final. La desaparición. O al menos, dejar de vivir del presupuesto.

14.6.04

 

Dulce derrota

Los resultados de las elecciones europeas de ayer dejan un rosario de interpretaciones no siempre contradictorias. Desde el "milagro" socialista hasta la "excelencia" del PP. Pero lo más destacado, sin duda, ha sido la abstención, de un 54%, la más alta registrada en unas elecciones en España, algo que toda la prensa ha destacado, y que, desde luego, no es exclusivo de nuestro país, y que es mucho más acusado en los países de reciente incorporación. Harán falta dos o tres generaciones de europeos para cambiar esta tendencia, y, desde luego, cambiar ese modelo burocratizado y políticamente correcto de UE.

En esta elección hay un claro perdedor: el Centro de Imbecilidades Sociológicas (CIS), que predijo (en PDF) una participación estimada de un 76,7 % (en el documento aparece justo al final), y una victoria del PSOE por siete puntos. Mayor Oreja ya ha pedido explicaciones al Centro.

La "dulce derrota" del PP apenas sirve para darle una legitimidad extra al PSOE, y para arrebatar a los populares el argumento (que han usado poco) de que el PSOE ganó en marzo por la restrera manipulación del atentado por parte de la SER(en realidad, la manipulación socialista de la guerra de Irak venía de año y medio antes, pero fue ahí, en marzo, quedaron claras muchas cosas, entre ellas lo deliberadamente blanditos que son los del PP y lo miserables que son algunos del PSOE). El PP puede alegrarse, puesto que ha recortado más de la mitad de la ventaja que le sacó el PSOE en las últimas elecciones, quedándose en sólo dos puntos (43 del PSOE frente a 41 del PP) y a dos escaños de distancia (que puede ser sólo uno) . Es una buena noticia para los populares, pero desde luego no es la mejor de las posibles. Una campaña blandita y tardía contra un rival que tenía trescientos flancos por donde atacar ha terminado en una derrota más o menos dulce. Hay mucho trabajo por delante, y, aunque el resultado dista mucho de ser malo, desde luego es mejorable. El primer reto, las vascas de 2005. Ayer, el PP y el PSOE sacaron más votos en el País Vasco que PNV, EA e IU juntos. A ver si se repite.

Con todo, lo más preocupante para el PP son los resultados en Andalucía y, sobre todo, en Cataluña, donde el PSC, después de ERC el partido más nacionalista de la comunidad (algo que no parece importarle demasiado a los votantes socialistas de Sevilla o Zaragoza, por ejemplo) le saca la friolera de 25 puntos a los populares, que, como leve consuelo, se convierten en la segunda fuerza política de la comunidad autónoma.

Otra interpretación de estas elecciones resalta que el PSOE, en apenas dos meses de gobierno, se ha desgastado en tres puntos. Se mire como se mire, este no es un buen resultado para el PSOE. Y mucho menos para IU, cuesta abajo y sin frenos desde hace ya años.

12.6.04

 

Vivimos la selección

Resulta curioso que en uno de los himnos más o menos oficiales de la Selección Española de fútbol no se mencione ni una sóla vez la palabra España. Es propio de un país, como es el nuestro, acomplejado de si mismo, por las continuas agresiones de los nacionalistas y de la izquierda, y, quizá sobre todo, por la estupidez de identificar la defensa de la unidad española con el franquismo, que no sólo los nacionalistas repiten cual papagayos, sino que muchos españoles no nacionalistas han asumido de una manera absurda. La apropiación que el franquismo hizo de la patria común de todos y la identificación de España con el régimen autoritario, o totalitario, tanto da a estas alturas, del dictador, no justifica el complejo que afecta a tantos españoles.

El caso es que, aún así, cuando llega una Eurocopa o un Mundial, todo el mundo, o casi todo el mundo en la piel de toro, se pone la camiseta de la selección y celebra las victorias tanto como lamenta las derrotas. Es, casi, el único momento del año en el que a uno no le llaman facha por llevar y usar la bandera de España sin complejos. No en el País Vasco o en Cataluña (donde no se cortan un pelo, y hacen muy bien, en cubrir de senyeras todo el país en cada Sant Jordi o en cada Diada), pero sí en el resto de España. Así que aprovechemos.

Por cierto, escucho en la COPE mientras la selección salta al campo y mis amigos preparan las cervezas y los Doritos, una canción sobre la selección que menciona por lo menos veinte veces la palabra España. "España, con vosotros a pelear, sufriremos por igual. España, cuando sales a jugar, el estadio vibrará..." De hecho el estribillo es "España, España, España". Coñe, se me pone la carne de gallina. A ver si nos pulimos alegremente a los ruskis, que Grecia ha ganado a Portugal y la cosa pinta mal para los portugeses, que se la jugarán contra nosotros en el último partido.


¡¡AÚPA ESPAÑA!!


P.D. 11 de la noche... ¡VALERÓN, VALERÓN, VAAALERÓN!

11.6.04

 

Kerry y Reagan

Contaba ayer Ramón Pérez Maura en ABC (no he encontrado enlace, así que glosaré el artículo) que en medio de las impresionantes manifestaciones de duelo por la muerte de Ronald Reagan, el candidato demócrata a la Casa Blanca, John Kerry, no ha querido quedarse atrás en cuanto a destacar los méritos del ex presidente se refiere. Así, Kerry ha dicho, por ejemplo, que "El amor de Reagan por el país era contagioso", e incluso ha afirmado que "Incluso cuando rompía el corazón de los demócratas, lo hacía con una sonrisa y el espíritu de debate abierto y honesto. Pese a nuestros desacuerdos, siguió ese noble ideal según el cual después de las cinco de la tarde no éramos demócratas ni republicanos, éramos americanos y amigos". Como dice Pérez Maura, es enternecedor, pero Kerry, cuando era senador, no opinaba igual. Se opuso a la política centroamericana de Reagan, le conminó a negociar con el sandinista Daniel Ortega, y calificó su actitud de "tonta e inmadura" cuando Reagan se negó. Sigue contando Pérez Maura que la oposición de Kerry a Reagan ha llegado hasta hoy. O hasta ayer, por lo menos. Hace menos de un año, Kerry declaraba "Hemos visto a gobernadores venir a Washington. Carecen de experiencia en política exterior y se meten en problemas muy rápido. Véase Carter, véase Reagan. Y por supuesto, véase George W. Bush". También el año pasado, Kerry dijo ante el Comité Nacional Demócrata que estaba "orgulloso de haber estado frente a Ronald Reagan, no a su lado, cuando estaba [...] violando la constitución de los Estados Unidos y librando una guerra ilegal en América Central". Lo sorprendente no es que diga cosas como estas. Lo sorprendente es que ahora se apunte al carro de los elogios post mórtem. Me da la impresión de que a Kerry le faltan un par de hervores. Claro que al menos no le faltan un par de tardes...

 

Sección Remember


10.6.04

 

Más agujeros negros

Hace ya casi un par de meses que Fernando Múgica estremeció a la opinión pública con el artículo Los agujeros negros del 11-M. Para el que no lo haya leído (a qué esperas, botarate), relata, paso a paso, todas las incongruencias, contradicciones, rarezas y hechos inexplicados e inexplicables que rodean el espantoso atentado que sufrimos en marzo y la posterior investigación. Su lectura, además de recomendable, resulta pavorosa.

Pues hay aún más. El diario El Mundo publica en su edición digital de hoy una nueva entrega de los agujeros negros. "La célula de Avilés", de nuevo escrita por Fernando Múgica, vuelve a incidir en todos los aspectos extraños de una investigación rara como ella sola, en la que se exigió saber la verdad a las 60 horas, y han pasado tres meses y nada, o casi nada, se sabe aún. De nuevo, una lectura estremecedora.

Hay algunas bitácoras y webs que se están dedicando a recopilar información sobre el 11-M y la investigación posterior. Diario de una infamia o Basta ya tienen una completa hemeroteca sobre el tema.

 

Macabros paralelismos

Como a estas horas todo el mundo sabe, esta tarde han muerto asesinados dos Guardias Civiles en Castejón (Navarra). En estos momentos se desconoce la autoría de los crímenes, según diversas fuentes (RNE, Antena 3) los asesinos son albano kosovares. Pero el gobierno, hasta ahora, no ha hecho ninguna comparecencia para explicarle a la opinión pública qué ha pasado y quién ha sido. Nada de nada. Es más, en una comparecencia del ministro del interior para explicar las recientes detenciones sobre el 11-M, un periodista le preguntó sobre el hecho, y el ministro contestó que "no es el objeto de la rueda de prensa", y que no podía aportar datos. Han pasado casi seis horas y el gobierno calla. La verdad, sería muy precipitado atribuirlo a la mala fe, pero haciendo un paralelismo con lo que ocurrió entre el 11 y el 14 de marzo, queda claro el grado de indigencia moral al que se rebajaron nuestros socialistas (de los comunistas ya ni hablo) en aquellas fechas. En sesenta horas quisieron saberlo todo sobre el peor atentado de la Historia de Europa. Ellos, en seis, no han dicho nada. Nada de nada.

9.6.04

 

Haro Tecglen

Confieso que si hay algún columnista en toda la prensa diaria que me cae como una patada en los mismísimos, ese es Eduardo Haro Tecglen. Escribía yo ayer de Ronald Reagan, y cuentan en liberalismo.org que el ínclito Haro, en ese engendro ilegal y polanquil (valga la redundancia) llamado Localia, desahogó su tontería prosoviética diciendo lo siguiente sobre el ex presidente americano: "Pobrecito, se había muerto sin enterarse de que había sido presidente de los Estados Unidos". Hay que ser bastante miserable para hacer burla del Alzheimer, sobre todo cuando uno es una momia, pero de Haro Tecglen, vocero en Madrid del nacionalismo vasco, mamporrero felipista y defensor, sucesivamente, de Hitler, Franco, Stalin y Felipe, uno ya se espera cualquier cosa. Desde loas a Franco hasta agradecimientos a Stalin

 

Dos víctimas más

Esta tarde, a eso de las seis y media, dos Guardias Civiles han sido asesinados en Navarra. Descansen en paz.

8.6.04

 

Ronald Reagan

En la comunidad liberal de Internet (llamada espantosamente "blogosfera liberal") han sido muchos los que se han hecho eco de la muerte de Ronald Reagan. La izquierda en general le tiene una manía espantosa a Reagan, pero para los liberales y para aquellos que consideraban más peligroso a Moscú que a Washington (no eran tantos) Ronald Reagan fue el hombre que más contribuyó a derribar el Muro de Berlín. Reagan fue un hombre que comprendió, en 1980, que el totalitarismo soviético no tenía intención ninguna de transformarse en una democracia, y que su imperialismo (jamás denunciado como tal por las izquierdas) era el mayor peligro para la libertad de las democracias liberales, objetivo de toda ideología totalitaria, desde el nazismo al socialismo real. Así, entendió que el rearme, tan denostado por las izquierdas europeas (que luego pondrían a parir también a la llamada "Guerra de las Galaxias", parece que lo que molestaba era que EE.UU. intentara defenderse, no el cómo), era fundamental para vencer a la Unión Soviética, dado que para la economía americana el gasto en armamento suponía un 3% del PIB, diez veces menos que para la Unión Soviética. La URSS no pudo seguir ni de lejos el ritmo americano y ese fue el comienzo del fin. Federico ha publicado un estupendo artículo sobre la figura de Ronald Reagan, que les recomiendo.

Pero la intoxicación mediática sobre los EE.UU. que padecemos desde tiempos inmemoriales presenta a Reagan como poco menos que un tirano, mal gestor, lamentable político que llegó a la presidencia y fue reelegido gracias a sus dotes como comunicador, pero nada más que por eso. Hasta en los libros de historia su figura está vergonzosamente tratada, y si no lo creen, lean lo que dice el libro* con el que el autor de esta bitácora estudió la asignatura de Historia Contemporánea de COU:

"Un hombre [Reagan] que encarnaba los valores más profundamente conservadores de la derecha americana fue llevado a la Casa Blanca por un Comité Político Nacional Conservador [...] en el que se aliaban judíos ortodoxos, católicos ultras y protestantes fundamentalistas, unidos por la fortuna y por la sacralización de la tradición. El presidente se mostró como un virtuoso de los mass media [...]revelándose en su papel político mejor actor que en sus mediocres interpretaciones cinematográficas.[...]El reaganismo supuso varios postulados que a los europeos asombraron por su inconsistencia; implicó una ideología simplista, de western, que ordenó el mundo en buenos y malos -el presidente llamó a la U.R.S.S. "el imperio del mal"- [...] Como ensayo de otras empresas más ambiciosas o peligrosas se galvanizó el entusiasmo patriótico con intervenciones de pequeño calado, como la invasión de Granada.[...] Para desgracia de los gobernantes sandinistas de Nicaragua, Reagan los incluyó dentro de la esfera del mal y concentró sus esfuerzos en el mantenimiento de la guerra civil, y apoyando a la "Contra" para impedir cualquier gestión normal de gobierno.[...]


Asombra la terrible manipulación, pero asombra aún más que este texto es con el que se enseñaba Historia a los alumnos de COU hace tan sólo siete años. A nadie se le escapa que la política exterior de Reagan tuvo sus errores (Irangate), y que es discutible aquello de apoyar a todo aquel que se opusiera al imperialismo soviético, pero es que en todo el texto del libro que he citado en ningún momento se vierte un juicio elogioso sobre Ronald Reagan, mientras que los negativos abundan, como puede verse.

*Historia del Mundo Contemporáneo, Antonio Fernández y otros. Barcelona, Vicens Vives, 1995.

6.6.04

 

Comenzando, que es gerundio

Lo primero es presentarse. Mi nombre, a falta de uno más creíble, es Diego González, y esta es una bitácora de caracter político y de tendencia más o menos liberal (nueve de cada diez internautas cierran la página al leer lo anterior). Este cuaderno personal debe su nombre al formidable libro de Jesús Cacho, aquel en el que destapaba los entresijos polanquiles y juancarlistas de los primeros tiempos del aznarato, que es como decir los últimos del felipismo, además de darle un repasito a casi todo lo que se movía. Pero no sólo de pólítica vive el hombre, y además el autor de este cuaderno es futbolero, lector empedernido y universitario, así que que nadie se sorprenda si un día celebro aquí los triunfos de mi equipo (que, siendo el que es, no será muy a menudo), o si comento lo bueno o malo que me parece un libro.

Por lo demás, lo habitual en este tipo de bitácoras. Todo comentario es bienvenido, siempre y cuando no se salte las normas de netiqueta, que es como decir que no se salte el sentido común. Sobra decir que cualquier comentario ofensivo o injurioso será borrado.

Y también sobra decir que todos las entradas firmadas por mí, Diego González, están escritas bajo mi única responsabilidad, pero que no me hago responsable de lo que cualquier cafre pueda escribir en los comentarios.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?