27.7.04

 

En memoria de Vizcaíno Casas

Sabido es que en este país, que en tiempos se llamó España, si hay algo que no se le perdona al compatriota es el éxito. Si el éxito lo obtiene, encima, alguien que se sale de la línea marcada por la mayoría imperante, la descalificación y el odio no sólo están justificados, sino que son obligados. Como bien apunta Arturo Pérez-Reverte en su última novela, “de todos es sabido que Caín era español, hidalgo, y cristiano viejo”. Fernando Vizcaíno Casas tuvo ocasión de comprobar en su propia persona la verdad de esta afirmación.

A Vizcaíno Casas le conocen los universitarios de hoy como “un escritor facha”, y poco más. Lógicamente, nadie que le otorgue ese único calificativo habrá leído una sola de sus obras. Además de ser un polemista nato, y un hombre que defendía su verdad por encima de la masa vociferante, Vizcaíno Casas fue un gran escritor. Nacido en Valencia en 1926, perteneció a una generación, llamada por algunos “la generación fantasma” o la “generación sin nombre”, que no participó en la guerra civil, por lo que, aunque sufrió con toda su dureza todas las consecuencias de la guerra, no recibió al acabar ésta honores o compensaciones por el horror sufrido ni, al cabo de los años, como él mismo escribió en el prólogo a Hijos de papá (1979), reclamar compensaciones históricas por la derrota sufrida. Pero pertenecía, y sigo citándole, a una generación que construyó la España que nosotros hemos heredado, que levantó el país de sus cenizas y lo convirtió en un lugar habitable, y que fue la que pasó “de la alpargata al 600”, como se suele decir. Todo eso se le niega a Vizcaíno Casas, junto con su condición de grandísimo escritor. En mi opinión fue uno de los mejores de la segunda mitad del siglo XX, pero no me hagan caso, yo no pertenezco a la secta intelectual y, sobre todo, no soy de izquierdas, por lo que mi seso debe estar reblandecido. Quizá por leer tanto a Vizcaíno Casas.

En casi todas las obras del valenciano se respira un humor en ocasiones amable, otras veces vitriólico, que hace de sus novelas un agradable paseo a lo largo de la época que él vivió. Vizcaíno Casas describió como nadie la vida cotidiana en la Guerra Civil, en novelas como Chicas de servir o Zona Roja (1985 y 1986, respectivamente). Fue, por decirlo de alguna manera, un gran escritor costumbrista, que narró, tratando de ser fiel a la verdad y a su memoria, y sin servir a intereses partidistas, lo que sucedió en realidad en la guerra y en el franquismo. Es otra de las razones del odio que le profesaban las izquierdas en España. La guerra civil del 36 debía (y debe) ser un combate entre el bien (la república) y el mal (Franco), y es impensable pensar que pudiera haber buenos entre los nacionales y malos entre los republicanos (o los rojos, como se les llamaba entonces). Va contra las normas.

Sus novelas paródicas, o de historia-ficción, como él las llamaba, no se quedan atrás en cuanto a calidad literaria se refiere. La que más éxito tuvo (y una de las más influyentes de la transición), ...y al tercer año, resucitó (1978), vendió casi 600.000 ejemplares; en un país donde, según las estadísticas, no lee ni el presidente de la Real Academia de la Lengua, puede considerarse una cifra estratosférica. Pero no es la única gran sátira que escribió Vizcaíno Casas. Las Autonosuyas (1981), en la que surge de la nada una delirante autonomía en la sierra de Madrid, y en la que se recrea una escena que se convertiría en realidad[1] no muchos años después, la del lehendakari y el president necesitados de un traductor Catalán-Vascuence, es otra de sus mejores novelas, que también alcanzó un gran éxito en las librerías[2]. Los años de gobierno socialista le dieron material más que de sobra para sus sátiras. Desde el nepotismo en los cargos públicos, que alcanzó cotas sólo conocidas en la Rumanía de Ceaucescu, hasta el despilfarro presupuestario, pasando, como no, por la falacia demagógica del “partido de los descamisados” (Alfonso Guerra dixit), o por las mordazas impuestas a la prensa no afín. Así, en 100 años de honradez, Los descamisados o en ...y los 40 ladrones, deja al descubierto las vergüenzas, miserias y contradicciones del gobierno de Felipe González, todo ello, tratado con un humor que, bajo la apariencia de amabilidad, esconde una verdad como un templo: los socialistas fueron unos chorizos.

Con todo, quizá la obra más polémica de Vizcaíno Casas, y la que levantó más ampollas, fuera ¡Viva Franco! (con perdón) (1980), en la que se hacía un repaso desde el punto de vista histórico, social, económico y político, a los 36 años de dictadura franquista (aparte de un choteo considerable sobre la democracia recién nacida a través de diversas noticias aparecidas en la prensa). Vizcaíno Casas defiende en este libro lo que no debería ser más que una obviedad; el hecho de que, si bien es cierto e innegable que durante los años de autoritarismo franquista no había libertades políticas, no fue todo ni de lejos tan negro como lo pintaban (y lo siguen pintando) los “retroprogresistas”. En este libro se esboza lo que, más de dos décadas después, sigue siendo un tabú en la historiografía y en la política españolas. El hecho de que, bajo el franquismo, pese a todo, o quizás gracias a ello, España se desarrolló como nunca en su historia lo había hecho, que los españoles, dejando aparte la política, pudieron por fin creer en un futuro mejor para sus hijos, y que España vivió una época de prosperidad económica y social sin precedentes. Para sostener esta tesis no hace falta ser franquista, ni siquiera simpatizar con el personaje histórico del general Franco (el abajofirmante no lo hace), simplemente hay que intentar ser fiel a la verdad. Pero han pasado veintitrés años desde la publicación de este libro, y defender la verdad de esta tesis significa ser tachado inmediatamente de fascista. Incluso defender que durante el franquismo no hubo un páramo cultural (otra de las patrañas que desmonta Vizcaíno Casas en este libro, y en algún otro) es sinónimo de comulgar necesariamente con la dictadura franquista. Y es que hay cosas que no cambian en esta España nuestra.

Me gustaría terminar este pequeño homenaje a uno de mis escritores favoritos con unas frases suyas que resumen toda una filosofía política; la de la reconciliación entre esas “dos Españas” que no deberían existir ya.

“Como en toda historia protagonizada por hombres de carne y hueso, hubo buenos y malos en ambos bandos, sin que forzosamente la adscripción ideológica determinase conductas moralmente arquetípicas. Tal fue la verdad de la guerra civil, donde coexistieron los más nobles y hermosos gestos con conductas viles y mezquinas. Y ello, tanto en la zona roja como en la nacional; que no en vano eran españoles quienes poblaban una y otra”

[1] En el Senado español, en 1999, un senador catalán se empeñó en hablar en su lengua materna, lo que obligó al resto de senadores a escuchar el discurso a través de unos auriculares, como en la ONU.

[2] 125.000 ejemplares, para ser exactos.

Publicado en la revista Casa Cuartel, febrero 2004



Comments:
Gran post. Seguí así.
Oscar
 
El milagro económico de los sesenta no es más que fruto de una timida apertura comercial y el turismo. Nada comparable a lo que podría haber sido con un pais libre.
Además economicamente, todavía padecemos las secuelas de muchos de los males franquistas, defendidos ahora por los socialistas (?!!!) nacionalización de industrias, despidos blindados, intervencionismos varios, el engendro de la enseñanza etc.
 
Te la estás jugando, chaval. Hay intelectuales que no se pueden citar, porque te saltan al cuello.

Yo, por mi parte, he de decir que no he leído nada de Vizcaíno Casas. Pero siempre he tenido ganas, así que me animaré.
 
Yo leí una de sus novelas hace un montón de años y artículos suyos en prensa y tal. Si bien no me parece un "gran escritor" si hay que reconocerle que era gracioso, entretenido y muy fácil de leer.

Ahora, donde estaba absolutamente genial era en la Tertulia de Antena 3 radio con el también fallecido Carandell, Ortuño y el trístemente marcianizado Pumares.

Una frase que pronunció allí que me pareció totalmente genial: "En cuanto se acabó el Movimiento empezó el paro". Es tan verdad como mentira, pero que gracia.
 
Narpo, no tengo dudas que en una democracia liberal el "milagro económico" habría sido mayor, y de que en un país más libre el progreso también habría sido mayor. Es evidente que Franco era un convencido antiliberal. No pretendo hacer de Franco un ejemplo de liberal (obviamente), pero sí defender que, sin duda alguna, el franquismo no fue la noche oscura de cuarenta años que venden aquellos que se hicieron franquistas después de la muerte del dictador y que, siempre, siempre, se vive mejor en un país capitalista que en uno colevctivista.
 
Querido Diego:
Agradezco las palabras que le dedicas a mi querido abuelo. Bien es cierto e indignante lo que dices de que por el hecho de ser de derechas, autores como mi abuelo con una (creo yo) gran calidad literaria, pasen al olvido y no sean tan reconocidos. Por ejemplo el recien fallecido Francisco Umbral, que segun me han dicho no escribe tan bien como él, pero como es de izquierdas... De hecho, a Umbral mi abuelo le caía bastante mal, y mi padre siempre me decía que era por que le cabreaba que mi abuelo vendiera más libros que él. Con ésto no quiero descalificar a nadie ni mucho menos, sino mostrar mi conformidad desde mi punto de vista con tus palabras. Un cordial saludo. Eduardo Vizcaino.
 
¿prosperidad economica y social? que no fue tan negro? que se lo digan a los andaluces q se tuvieron q ir a Cataluña y a Francia xq estaban muertos de hambre!!! venga hombre! como se nota que no pasaste hambre...
 
He leído aquí en Argentina la mayoría de sus libros y lamento que no tuviéramos aquí una pluma de su nivel para retratar una situación tan parecida que tuvimos...
 
Hola, soy argentina, descubrí recientemente a Vizcaíno Casas cuando encontré en una librería La boda del Señor Cura. Si bien soy políticamente de izquierda, la novela me pareció muy buena. No necesariamente para disfrutar la buena literatura nuestro pensamiento tiene que coincidir con el escritor. En mi país el mismo caso se da con Borges, por ejemplo. Saludos!
 
Al nieto de Vizcaino Casas,tuve el gran honor de estrechar la mano de su abuelo en una circunstancia un tanto atipica,en una noche de lluvia en Alicante,cuando me acerque a preguntar a un señor,a quien confundi con un policia municipal,sobre el mal aparcamiento de mi coche,y para mi sorpresa resulto ser Vizcaino Casas.Has sido uno de los escritores mas prolificos y honestos de la literatura contemporanea,puro y sincero,aunque en un mundo de satrapas,de vividores,hipocritas y farsantes la honradez se persiga y se oculte bajo una montaña de basura y de inmundicia,como es el caso de los criticos y enemigos de la obra de Fernando Vizcaino Casas,que por decir la verdad pura y limpia se granjeo enemigos,pero tambien fieles lectores y amigos.Dios lo tenga en su gloria.
 
narpo,parece que lo sabes todo,y es que España es el pais de los "sabelotodos",donde la maestra Ciruela que no tenia titulo fundo escuela.El milagro economico fue el fruto constante y perseverante de un pueblo unido,no desunido en autonomias ni en regionalismos ni en partidos politicos corruptos y ladrones,bajo un estado de autoridad,que no dictadura,son terminos muy distintos,y con ese esfuerzo colectivo,sin distinciones ni privilegios,España por si misma y sin injerencias extranjeras,consiguio una de las mas profundas transformaciones economicas y sociales de toda su Historia.Se fomento y creo una gran clase media,hoy pulverizada y arruinada,se establecio el orden social,la coordinacion de las actividades laborales,la Seguridad Social y el amor a España,no a Europa,y esa gran clase media permito una transicion pacifica hacia una democracia,hoy convertida en demagogia,corrupcion,mentira y estafa,en una partitocracia donde la dictadura interna existe y donde no se puede discrepar de lo "politicamente correcto".Con Franco,y mas en los ultimos años se recogio el fruto del esfuerzo colectivo del pueblo español,y si los enemigos de España,que existen y no son imaginaciones de un anciano dictador como se le llama ahora,rabiaban y verdeaban de envidia,que reventaran.Teneis el cerebro muy bien lavado y a cambio de unas supuestas libertades nos han ofrecido la peor de las tiranias,la de una dictadura disfrazada de democracia,con partidos que no cumplen su programa electoral y que imponen a rajatabla su mandato,pensando solo en si mismos y en enriquecerse y lucrarse a costa de un pueblo español atontado y poco culto,sin una unidad de mando y una disciplina social como la que hubo bajo el bendito mandato de Franco jamas habriamos alcanzado ni un desarrollo economico pleno ni una democracia.
 
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