26.5.05
La legitimidad auto otorgada
Algo le debe haber hecho Federico a la tropa progre para que se enfaden tanto. No es normal que, una y otra vez, le ataquen despiadadamente, sin venir a cuento y por si acaso. Me quedaría anchísimo escribiendo algo en plan Agados, tal que así:
Ladran, luego cabalgamos.
Pero no lo voy a hacer, básicamente porque a él le sale mucho mejor.
Escribía recientemente Pío Moa que los que le reprochan ser "ex terrorista" no le están reprochando lo de terrorista, sino lo de ex. Igualmente, los que le reprochan, como Escolar, a FJL, el haber sido comunista, le reprochan que ya no lo sea. Eso es lo que de verdad les molesta. Porque a los comunistas que aún lo son, como Madrazo, Llamazares, Haro Tecglen, Saramago, Gopegui, Sabina, Castro o Chávez, los tratan de lujo. No faltaba plus.
Hay cierta izquierda que no soporta que le disputen el espacio. Es esa misma izquierda que respeta los resultados electorales si les favorecen, pero cuando en Muxia votan al PP les sugiere que se metan el chapapote por el culo. Es una izquierda cuya legitimidad no nace de sus ideas, ni de sus actos, sino simplemente de ser de izquierdas. Es la legitimidad auto otorgada. Lógicamente, todo lo que no es izquierda es ilegítimo por definición. Es más. Todo lo que no es legítimo no es de izquierda. Así, Pol Pot sería un "fascista tropical" y Stalin "no tiene nada que ver con el comunismo". Hasta he leído que era un fascista.
Volviendo a España, que Pío Moa sea buen o mal historiador sencillamente no importa. Lo que importa es que no es de izquierdas, por tanto es de derechas, por tanto es fascista. Punto. Ese es el razonamiento que cierta izquierda, que abunda como las setas, realiza para descalificar a Moa.
Lo curioso es que en los libros que se oponen a Moa, como el de Moradiellos (éste, por ejemplo, llevaba una faja en la que ponía "Contra las mentiras de Pío Moa") no se rebaten sus argumentos, sino que se repiten los mismos de siempre, a saber. La República es legítima porque se ganaron las elecciones en las ciudades (el voto rural no cuenta... no por nada, sino porque no es de izquierdas); la quema de conventos no tuvo nada que ver con lo que vino después, sino que las "modernísimas" reformas de la izquierda le iban a quitar poder a "curas y terratenientes", además de a los oligarcas y a "los ricos" en general; el golpe del 34 fue una reacción a la "involución" derechista, involución consistente en que tres ministros de la CEDA, el partido vencedor de las elecciones, formaran parte del gobierno; y en general, los buenos son los rojos y los malos los azules. Eso, sin entrar en mentiras, exageraciones (los famosos doscientos mil muertos de Paul Preston) y demás. Los que tantísimo critican a Moa, tildándole de lo de siempre (fascista, franquista, cercano al Movimiento... qué poca imaginación) no suelen haberlo leído, porque en realidad, ¿qué falta hace? Es de derechas, ergo fascista, ergo condenable. Punto. El resto, literatura.
Con Jiménez Losantos pasa algo parecido. Nadie que haya leído sus escritos o escuchado su programa puede tacharle de "fascista". Al menos, si saben quién era Mussolini y en qué consistía el fascismo. Pero es de derechas. Y no sólo es de derechas, sino que no se lo calla, y lo grita, y dice lo que le sale de las pelotas. Y eso es algo que las pieles sensibles no toleran. Federico Jiménez Losantos tiene de fascista lo que Haro Tecglen de votante del PP, más o menos. Pero eso, a la izquierda energúmena y vociferante, realmente no le importa en absoluto. Lo que le importa es que es de derechas, ergo fascista, y por lo tanto, malvado, perverso y condenable. Es el simplismo político llevado al absurdo, y no hay más que leer a los cultérrimos comentaristas de Escolar para darse cuenta de ello.
A Jiménez Losantos le dispararon en una rodilla los de Terra Lliure, esos que se integraron, sin pedir perdón, en Esquerra Republicana, y a los que ahora representa por el mundo Carod-Rovira. Le secuestraron y le pegaron un tiro por un delito tan grave como defender la igualdad lingüística en Cataluña, algo que ni estaba ni está bien visto. Ahora son más sutiles, claro, pero atrévase usted a defender en público lo que defendía Losantos entonces. Y después, olvídese de ascensos en su empresa. No digo ya si usted es un cargo público, claro.
Pues hay quien se burla, no crean. Igual que hay bitácoras-cloaca cuyos autores critican a quienes son cientos de miles de veces más valientes que ellos, hay chusma que bramaría si un policía le pegara una hostia a un okupa, pero que al atentado contra Jiménez Losantos le llama, burlonamente, piernicidio.
Lo que peor lleva la izquierda totalitaria, la misma que revienta conferencias de Moa (fantástico Peces... hay que pedirle permiso para organizar una conferencia... y al delegado del gobierno, también, claro, ¿qué se habrán creído estos fachas? ¿qué pueden hablar?) es que les planten cara. Que haya quien se niegue a bajarse los pantalones y les rebata, punto por punto, y sistemáticamente, sus postulados intelectuales. Es, básicamente, una cuestión de monopolio. La izquierda está acostumbrada al monopolio de lo cultural, incluída la Historia de España, por lo que cuando alguien amenaza con llevarse parte del público, montan en cólera. Otro ejemplo sería Cela, un tipo al que la izquierda reprobaba y criticaba, pero no por nada, sino porque no era de izquierdas. Decía salvajadas, sí, claro, pero cualquier miserable de los que pierden su culo por recoger con la lengua los excrementos que produce el de Castro dice cien mil veces más que él, y no por ello la secta dice ni mu. Y es que, ser de izquierdas, aunque uno defienda a Stalin, está bien visto, mientras que alguien que defendiera a Pinochet a estas alturas sería crucificado inmediatamente. Es la vieja claúsula del "totalitarismo más favorecido" que definió tan bien Jean François Revel.
Lo de ayer no es la primera vez que sucede. Hace unos años, el veterano SEU falangista organizó en la facultad de económicas de la Complu una conferencia sobre la entonces recién nacida "Intifada" palestina. Era una cosa probablemente antisemita, pero no mucho más de lo que se puede leer cualquier día en Le Monde Diplomatique. Durante la conferencia, dos docenas de encapuchados armados con bates, cadenas y palos entraron y la emprendieron, al grito de "abajo el fascismo", a leches con el personal. Destrozaron mobiliario, se cayó un trozo de techo y se suspendió el acto, con varios heridos leves. ¿Qué dijo la izquierda universitaria? No recuerdo quién era entonces el dirigente de la "Asociación de estudiantes de izquierdas", pero recuerdo perfectamente que dijo que se alegraba de la suspensión de una "diatriba antisemita".
No hubo nadie, en toda la Complutense, que condenara aquello. ¿Se lo imaginan al revés? ¿Un grupo de nazis que revienta a batazos una charla de la comunista "Asociación para la recuperación de la memoria"? Bueno, no imaginemos. Leamos los periódicos de ayer. ¿Algún editorial sobre lo de Moa de ayer? Nada. Sin embargo, El Mundo sacó en su portada la agresión de cuatro falangistas a Carrillo, el genocida de Paracuellos, y El País acusó cobardemente a la Cope ("revanchismo en las ondas") del suceso. En la blogocosa rogelia, desde la ironía de Escolar al silencio absoluto de casi todos los demás, pasando por la honrosa excepción de Akin, que, pese a todo, no puede evitar llamar facha a Pío Moa, por si acaso. En todo caso, la mitad de la mitad de la mitad de la mitad (y así, ad nauseam) de cuando una panda de tarados le pegaron un palazo a Santos Juliá.
La izquierda totalitaria, de Saramago a Rebelión, de Haro Tecglen a Manu, de Sabina a Carod-Rovira, (por poner seis ejemplos) no odia a Moa, ni a Federico, ni a Aznar, ni a nadie de la derecha porque sus ideas sean antidemocráticas, o fascistas. Eso, de hecho, no les importa en absoluto. Les odian porque se niegan a tragar las ruedas de molino izquierdistas, y porque tratan de establecer una alternativa a su rodillo totalitario.
Y el presidente Rodríguez es rehén de esta izquierda, aunque yo ya creo que directamente forma parte de ella. El famoso pacto del Tinell, gracias al cual Maragall puede emborracharse en tantos países como lo hace, tiene como claúsula el aislamiento del PP, y la promesa del PSOE de no pactar jamás, bajo ningún concepto y en ninguna administración, ocurra lo que ocurra, con el PP. Es decir, marginar políticamente a casi diez millones de votantes. Algo que, si lo pidiera el PP sería tachado de cualquier cosa menos bonito, pero que, como lo exige el héroe de Perpiñán... que es de izquierdas, pues cuela sin problema.
Ladran, luego cabalgamos.
Pero no lo voy a hacer, básicamente porque a él le sale mucho mejor.
Escribía recientemente Pío Moa que los que le reprochan ser "ex terrorista" no le están reprochando lo de terrorista, sino lo de ex. Igualmente, los que le reprochan, como Escolar, a FJL, el haber sido comunista, le reprochan que ya no lo sea. Eso es lo que de verdad les molesta. Porque a los comunistas que aún lo son, como Madrazo, Llamazares, Haro Tecglen, Saramago, Gopegui, Sabina, Castro o Chávez, los tratan de lujo. No faltaba plus.
Hay cierta izquierda que no soporta que le disputen el espacio. Es esa misma izquierda que respeta los resultados electorales si les favorecen, pero cuando en Muxia votan al PP les sugiere que se metan el chapapote por el culo. Es una izquierda cuya legitimidad no nace de sus ideas, ni de sus actos, sino simplemente de ser de izquierdas. Es la legitimidad auto otorgada. Lógicamente, todo lo que no es izquierda es ilegítimo por definición. Es más. Todo lo que no es legítimo no es de izquierda. Así, Pol Pot sería un "fascista tropical" y Stalin "no tiene nada que ver con el comunismo". Hasta he leído que era un fascista.
Volviendo a España, que Pío Moa sea buen o mal historiador sencillamente no importa. Lo que importa es que no es de izquierdas, por tanto es de derechas, por tanto es fascista. Punto. Ese es el razonamiento que cierta izquierda, que abunda como las setas, realiza para descalificar a Moa.
Lo curioso es que en los libros que se oponen a Moa, como el de Moradiellos (éste, por ejemplo, llevaba una faja en la que ponía "Contra las mentiras de Pío Moa") no se rebaten sus argumentos, sino que se repiten los mismos de siempre, a saber. La República es legítima porque se ganaron las elecciones en las ciudades (el voto rural no cuenta... no por nada, sino porque no es de izquierdas); la quema de conventos no tuvo nada que ver con lo que vino después, sino que las "modernísimas" reformas de la izquierda le iban a quitar poder a "curas y terratenientes", además de a los oligarcas y a "los ricos" en general; el golpe del 34 fue una reacción a la "involución" derechista, involución consistente en que tres ministros de la CEDA, el partido vencedor de las elecciones, formaran parte del gobierno; y en general, los buenos son los rojos y los malos los azules. Eso, sin entrar en mentiras, exageraciones (los famosos doscientos mil muertos de Paul Preston) y demás. Los que tantísimo critican a Moa, tildándole de lo de siempre (fascista, franquista, cercano al Movimiento... qué poca imaginación) no suelen haberlo leído, porque en realidad, ¿qué falta hace? Es de derechas, ergo fascista, ergo condenable. Punto. El resto, literatura.
Con Jiménez Losantos pasa algo parecido. Nadie que haya leído sus escritos o escuchado su programa puede tacharle de "fascista". Al menos, si saben quién era Mussolini y en qué consistía el fascismo. Pero es de derechas. Y no sólo es de derechas, sino que no se lo calla, y lo grita, y dice lo que le sale de las pelotas. Y eso es algo que las pieles sensibles no toleran. Federico Jiménez Losantos tiene de fascista lo que Haro Tecglen de votante del PP, más o menos. Pero eso, a la izquierda energúmena y vociferante, realmente no le importa en absoluto. Lo que le importa es que es de derechas, ergo fascista, y por lo tanto, malvado, perverso y condenable. Es el simplismo político llevado al absurdo, y no hay más que leer a los cultérrimos comentaristas de Escolar para darse cuenta de ello.
A Jiménez Losantos le dispararon en una rodilla los de Terra Lliure, esos que se integraron, sin pedir perdón, en Esquerra Republicana, y a los que ahora representa por el mundo Carod-Rovira. Le secuestraron y le pegaron un tiro por un delito tan grave como defender la igualdad lingüística en Cataluña, algo que ni estaba ni está bien visto. Ahora son más sutiles, claro, pero atrévase usted a defender en público lo que defendía Losantos entonces. Y después, olvídese de ascensos en su empresa. No digo ya si usted es un cargo público, claro.
Pues hay quien se burla, no crean. Igual que hay bitácoras-cloaca cuyos autores critican a quienes son cientos de miles de veces más valientes que ellos, hay chusma que bramaría si un policía le pegara una hostia a un okupa, pero que al atentado contra Jiménez Losantos le llama, burlonamente, piernicidio.
Lo que peor lleva la izquierda totalitaria, la misma que revienta conferencias de Moa (fantástico Peces... hay que pedirle permiso para organizar una conferencia... y al delegado del gobierno, también, claro, ¿qué se habrán creído estos fachas? ¿qué pueden hablar?) es que les planten cara. Que haya quien se niegue a bajarse los pantalones y les rebata, punto por punto, y sistemáticamente, sus postulados intelectuales. Es, básicamente, una cuestión de monopolio. La izquierda está acostumbrada al monopolio de lo cultural, incluída la Historia de España, por lo que cuando alguien amenaza con llevarse parte del público, montan en cólera. Otro ejemplo sería Cela, un tipo al que la izquierda reprobaba y criticaba, pero no por nada, sino porque no era de izquierdas. Decía salvajadas, sí, claro, pero cualquier miserable de los que pierden su culo por recoger con la lengua los excrementos que produce el de Castro dice cien mil veces más que él, y no por ello la secta dice ni mu. Y es que, ser de izquierdas, aunque uno defienda a Stalin, está bien visto, mientras que alguien que defendiera a Pinochet a estas alturas sería crucificado inmediatamente. Es la vieja claúsula del "totalitarismo más favorecido" que definió tan bien Jean François Revel.
Lo de ayer no es la primera vez que sucede. Hace unos años, el veterano SEU falangista organizó en la facultad de económicas de la Complu una conferencia sobre la entonces recién nacida "Intifada" palestina. Era una cosa probablemente antisemita, pero no mucho más de lo que se puede leer cualquier día en Le Monde Diplomatique. Durante la conferencia, dos docenas de encapuchados armados con bates, cadenas y palos entraron y la emprendieron, al grito de "abajo el fascismo", a leches con el personal. Destrozaron mobiliario, se cayó un trozo de techo y se suspendió el acto, con varios heridos leves. ¿Qué dijo la izquierda universitaria? No recuerdo quién era entonces el dirigente de la "Asociación de estudiantes de izquierdas", pero recuerdo perfectamente que dijo que se alegraba de la suspensión de una "diatriba antisemita".
No hubo nadie, en toda la Complutense, que condenara aquello. ¿Se lo imaginan al revés? ¿Un grupo de nazis que revienta a batazos una charla de la comunista "Asociación para la recuperación de la memoria"? Bueno, no imaginemos. Leamos los periódicos de ayer. ¿Algún editorial sobre lo de Moa de ayer? Nada. Sin embargo, El Mundo sacó en su portada la agresión de cuatro falangistas a Carrillo, el genocida de Paracuellos, y El País acusó cobardemente a la Cope ("revanchismo en las ondas") del suceso. En la blogocosa rogelia, desde la ironía de Escolar al silencio absoluto de casi todos los demás, pasando por la honrosa excepción de Akin, que, pese a todo, no puede evitar llamar facha a Pío Moa, por si acaso. En todo caso, la mitad de la mitad de la mitad de la mitad (y así, ad nauseam) de cuando una panda de tarados le pegaron un palazo a Santos Juliá.
La izquierda totalitaria, de Saramago a Rebelión, de Haro Tecglen a Manu, de Sabina a Carod-Rovira, (por poner seis ejemplos) no odia a Moa, ni a Federico, ni a Aznar, ni a nadie de la derecha porque sus ideas sean antidemocráticas, o fascistas. Eso, de hecho, no les importa en absoluto. Les odian porque se niegan a tragar las ruedas de molino izquierdistas, y porque tratan de establecer una alternativa a su rodillo totalitario.
Y el presidente Rodríguez es rehén de esta izquierda, aunque yo ya creo que directamente forma parte de ella. El famoso pacto del Tinell, gracias al cual Maragall puede emborracharse en tantos países como lo hace, tiene como claúsula el aislamiento del PP, y la promesa del PSOE de no pactar jamás, bajo ningún concepto y en ninguna administración, ocurra lo que ocurra, con el PP. Es decir, marginar políticamente a casi diez millones de votantes. Algo que, si lo pidiera el PP sería tachado de cualquier cosa menos bonito, pero que, como lo exige el héroe de Perpiñán... que es de izquierdas, pues cuela sin problema.
Comments:
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Volviendo a España, que Pío Moa sea buen o mal historiador sencillamente no importa.
Discrepo en afirmación,yo creo que sí importa.Que un tipo falsee datos,no se documente de buenas fuentes y exponga toda esa marralla que escribe en sus libros es de suma importancia para todos.Me da lo mismo que sea ex-terrorista,facha o lo que sea.La hipocresía no es una virtud precisamente,la mentira creo que tampoco.
Parece mentira para una cadena que todo el día está diciendo:terrorismo no,tenga en sus filas a un terrorista(para mí lo de ex no existe en el caso del terrismo,pio moa lo sigue siendo)lo esté defendiendo a capa y espada.¿Que dirá la famila del guardia civil que mató a martillazos)
Pues eso,primero que se documente para no MENTIR tanto en sus libros,ese historiador de pacotilla.
Discrepo en afirmación,yo creo que sí importa.Que un tipo falsee datos,no se documente de buenas fuentes y exponga toda esa marralla que escribe en sus libros es de suma importancia para todos.Me da lo mismo que sea ex-terrorista,facha o lo que sea.La hipocresía no es una virtud precisamente,la mentira creo que tampoco.
Parece mentira para una cadena que todo el día está diciendo:terrorismo no,tenga en sus filas a un terrorista(para mí lo de ex no existe en el caso del terrismo,pio moa lo sigue siendo)lo esté defendiendo a capa y espada.¿Que dirá la famila del guardia civil que mató a martillazos)
Pues eso,primero que se documente para no MENTIR tanto en sus libros,ese historiador de pacotilla.
Lástima que lo de los martillazos sea mentira, ¿verdad? Y si miente, pruebas, por favor. Datos. ¿Has leído lo que ha escrito?
Losantos Fascista Superestar !!!!
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