15.7.04

 

Ciento y pico días (I): Heroica retirada

Ya llevamos más de cien días de talante por detrás y por delante, es decir, de gobierno Zetapé. En estos ciento y pico días, así a lo tonto (no podía ser de otra manera) las pifias, cagadas, errores, estupideces y sodomías diversas del gobierno han sido numerosas, aunque a veces han sido divertidas, eso sí. Efectuemos un repasito:

La primera de todas, la retirada de las tropas de Irak. Durante los días que siguieron al 11 de marzo y que desembocaron en la sorprendente para todos excepto para mí que soy vidente (o mejor dicho, pesimista) victoria del PSOE en las elecciones generales, más de uno y más de mil pensaron que la culpa de los atentados era de Aznar por "meternos en la guerra de Irak". España no participó en ninguna guerra, pero bueno, dejando eso aparte resulta curioso que los que decían que Irak no tenía nada que ver con el terrorismo después aseguraran exactamente lo contrario. El caso es que nuestro talantudo presidente, Marqués del Buen Rollito, prometió antes de los atentados retirar las tropas el día 30 de junio si no había una resolución de la ONU que transfiriera la soberanía, bien a la propia ONU, bien a un gobierno iraquí. Sin embargo, dos meses y medio antes, el día 18 de abril, Zetapé ordenó el heroico regreso de nuestras tropas destacadas en Irak, aduciendo que no iba a haber resolución de la ONU antes de la fecha que él mismo fijó como límite. Dejando aparte que traerse las tropas de Irak dejó a España a la altura del betún y que para los asesinos de medio mundo dejó claro que con unas bombas se puede tranquilamente achantar al gobierno español (siempre que sea socialista, claro), el caso es que la ONU tan admirada por Zetapé (aunque, recordemos, Zetapé dijo en el congreso que estaría en contra del derrocamiento de Sadam hubiera o no resolución de la ONU a favor de ello) si que se marcó una resolución que contradecía al Barón de la Sonrisa Sodomita, y la reacción zapatoide y de su gobierno fue doble. Por un lado, asegurar que ya conocían la resolución cuando retiraron las tropas (algo, como poco, improbable, pues aún no había sido presentado el borrador), y segundo, proclamar a los cuatro vientos, por medio de Miguel Ángel Desatinos, alias Curro, henchido el pecho, prietas las nalgas, firme la voz y noble el espíritu, que la resolución onusina había sido provocada precisamente por el histórico retroavance de las tropas españolas en Irak. Es decir, que según nuestro talantoso (rima con calamitoso, pero es casualidad) gobierno, su heroicamente digna actitud había sido el detontante de algo que ya existía cuando tomaron la decisión. ¿Contradicción? No, chavales. Se llama talante. Que no os enterais, carajo. Por si todo este follón fuera poco, que no lo es, España apoyó en la sede onusina la misma resolución que no se iba a producir aunque la conocían y que además fue provocada por nuestro heroico regreso aunque ya existía en el momento de la fuga. En fin, un desatino(s).

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